17 junio 2010

HUELE A ESPÍRITU DE FUTBOL ADOLECENTE

Harán aproximadamente 14 años cuando al ojear una revista “Don Balón” en la estantería de una tienda departamental, me tope con la curiosa nota titulada: “Autoridades mexicanas prohíben jugar al futbol en las calles de la Ciudad de México”.

La nota era rematada con la foto de unos niños parados en la banqueta, tristes y con un balón en la mano, no en sus pies como es debido.

Otra curiosidad de la nota era que los niños que aprecian en la foto tenían rasgos europeos y no ilustraban correctamente la apariencia promedio de los niños mexicanos, afortunadamente la nota tampoco correspondía a la realidad, puesto que en los barrios se podía jugar con un balón sin miedo a represiones de carácter legal.

Desafortunadamente hoy en día las calles de muchos Estados de la república mexicana ya no son aptas para improvisar porterías con piedras, patear un balón y “armar la reta”.

En nuestro días las retas las “arman” los ejércitos de mercenarios contra los ejércitos oficiales, dejando a los no combatientes en medio de un partido el cual parece no haber llegado siquiera al entretiempo.

A la presión que ejerce el entorno social ligado a la juventud y sus consecuencias, hoy en día hay que agregar el peligro que significa ser joven en una sociedad en donde la violencia se ha institucionalizado.

Esto quedo muy claro el día 31 de enero de 2010, cuando durante esa madrugada fueron atacados los estudiantes del colegio de bachilleres No. 9 del estado de Chihuahua.

Aquella madrugada la calle Villa de la Paloma fue testigo del asesinato de mas de una decena de jóvenes cuando un grupo de personas encapuchadas, llegaron en cuatro camionetas con las que bloquearon el acceso a la casa 1310, lugar donde se concentraban unos 60 estudiantes.

Los pistoleros comenzaron a disparar antes de ingresar a la casa y alcanzaron a varias personas que estaban en las viviendas aledañas marcadas con los números 1308 y 1306.

Esos acontecimientos dejaron en claro que el balón ya no rodaría fácilmente por las calles de nuestro país, y que al parecer la juventud ya no solo debía de preocuparse por educarse, conseguir un trabajo, una pareja y su derecho a divertirse, ahora además debía tratar de sobrevivir a su entorno el cual es uno de los mas violentos de la historia moderna del país.

Una de las grandes virtudes del deporte, no solo del futbol, es su capacidad para congregar a una gran cantidad de masas en torno a un espectáculo competitivo, pero no necesariamente violento, rodeado de significados y creencias que desarrollan el espíritu de competencia y la creatividad de los individuos

Esta característica es lo que hace del deporte y del futbol una de las principales armas con las que cuenta la sociedad civil para evitar los acontecimientos predichos por Jacques Attali en su obra “Breve Historia del futuro”:

“El mundo se convertiría en un inmenso campo de batalla donde entrechocarían naciones, pueblos, terroristas, piratas, democracias, dictaduras, tribus, mafias nómadas, grupos religioso, unos luchando por el dinero, otros por la fe, el suelo o la libertad.

La humanidad, que desde la década de 1960 dispone de los medios nucleares para suicidarse, los utilizará. Ya no quedara nadie para escribir la historia(o jugar al futbol), que, después de todo no es más que la razón del más fuerte.

Nada hay de imposible en ello: la tragedia del hombre es que, cuando puede hacer algo, siempre acaba por hacerlo.”


Muestra de que el futbol puede hacer grandes cambios en las sociedades es el programa “Futbol para la Vida” apoyado por UNICEF el cual nace en el año 2002 a iniciativa del ex futbolista hondureño Héctor Zelaya, dicho programa ofrece entretenimiento y desarrollo personal para los niños de bajos recursos que habitan Tegucigalpa.

Y si bien tiene como base la práctica de un deporte, cuenta con un gran trasfondo cultural y social pues fomenta la educación al exigir las boletas escolares para ser partícipe del programa, además de que enseña a los niños la necesidad del trabajo en equipo y la responsabilidad social.
Es cierto que el futbol puede ser una herramienta de control social que hace estallar a las masas en euforia desmedida. Pero también puede hacer que la gente se sienta libre y sin miedo: Ejemplo de ello es el equipo Indios de Ciudad Juárez, el cual registro una gran entrada en las gradas de su estadio, durante el último partido que disputo como equipo de la primera división del futbol Mexicano, ello pese al entorno que se vive en la ciudad.

Ojala llegue el día en que la juventud no tenga miedo a que le disparen y las calles sean invadidas por pelotas y balones de todos tipos.
El mismo Jaques Attli narra en su obra Europa(s) la siguiente anécdota personal:

“Era el año de de 1988, el gobernador de una provincia mexicana refunfuñaba contra su nuevo presidente, que le interrogaba sobre las causas de las recientes manifestaciones estudiantiles en su ciudad, la majestuosa Puebla, a lo que este le respondió:

“Se manifiestan porque ya no tienen miedo a que se les dispare”

Aquí está la clave de todo (Dice Attali): cuando la juventud no tiene ya miedo, derriba montañas.”

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